Después de la fotografía, Fred Ritchin

En el libro Después de la fotografía el autor hace una extensa crítica a la fotografía digital desde un punto de vista periodístico o mercadotécnico. Tuve algunas confusiones debido a que a veces parece mezclar ideas sobre la fotografía periodística y publicitaria con la fotografía vista desde el arte.

 Creo yo que todo medio de expresión artística (particularmente aquellas expresiones visuales) tienen cierta función social que puede ser tergiversada y aprovechada como propaganda o como medio de manipulación de masas. La pintura como medio expresivo ha perdido su autonomía en numerosas ocasiones, ejemplo de ello ocurrió durante el segundo imperio francés. El caso de la fotografía es, según mi opinión, más complejo puesto que sus posibilidades representativas de la realidad son aún más amplias. Para ilustrar ambas posibilidades de representación pongo de ejemplo el 3 de mayo de Goya y la fotografía de un revolucionario cubano fusilado por las milicias. Como el tres de mayo, la fotografía es una imagen representativa de un momento específico, ambas imágenes están atadas a una realidad de un hecho a pesar de que éste se trate de una farsa. Así, el tres de mayo no fue pintado a partir de un momento real pero sí de una realidad que sucedió y la fotografía representa una realidad histórica a pesar de tratarse de una puesta en escena. A diferencia de la pintura, la fotografía representa un hecho que habitó la realidad temporal puesto que los personajes ahí presentes sí existieron tal y como la fotografía los retrató. Por su parte, Fred Ritchin critica lo digital porque desestabiliza a la fotografía en tanto registro fiel de lo visible. El error sería haberse dejado engañar desde el invento de la fotografía por su capacidad de representación realista. Es verdad que la fotografía digital, como lo señala el autor, es potencialmente más maleable que sus predecesoras de papel y por lo tanto ofrece al lector o al espectador una experiencia aparentemente más real y más libre.

Por otra parte, sostengo que la fotografía nació en su momento no con fines artísticos, sino más bien prácticos, es decir, como una forma de hacer registro de los acontecimientos. Lo que entendí en el texto es que cuando la fotografía busca funcionar como registro, la prioridad debería ser la cercanía con la realidad, mientras que lo artístico debería quedar en un segundo plano siempre y cuando esto no afecte la lealtad con la realidad de la fotografía, como consecuencia,  ésta debería prescindir de todo tipo de modificación o edición, que, como dice el autor, integra una parte de influencia estética, de manualidad. Sin embargo, esta afirmación no deja de ser ambigua y habría que establecer límites. Por ejemplo, ¿qué pasa si se tomó una foto mal expuesta y necesita edición para ser más próxima a la realidad? Además, opino que es completamente válido apropiarse de una fotografía para modificar sus valores de registro a favor de lo artístico. El autor menciona un caso que funciona para entender esta idea, misma que él critica. La pintora Joy Garnett se apropió de una fotografía tomada por Susan Meiselas y la sacó de contexto, como muchos pintores y artistas de otras disciplinas. El pintor inglés Justin Mortimer realiza collage a partir de fotografías de internet, a veces ambientaliza los personajes sobre paisajes, añade elementos y finalmentre reinventa la realidad de las imágenes y la plasma a través de la pintura. Creo que la digitalidad modifica los términos de la originalidad y la propiedad tal y como los entendíamos en el siglo pasado. 

El autor cita constantemente a W. Benjamin, y sin embargo creo que lo digital ya no funciona bajo esos términos, opino que en lo digital no existe un aura ni la originalidad porque no tiene unicidad, no existe un original porque no hay un objeto tangible en el mundo digital, es como si  el aura se encontrara únicamente en el momento real. Citando a Ritchin: “la fotografía, que deja de ser automáticamente un mecanismo de registro, pierde su capacidad para apropiarse del objeto fotografiado y lo que hace es simularlo” porque al ser digital, la fotografía pierde cierta relación que solía tener con la realidad. No obstante, no estoy segura de que la fotografía siempre deje de ser un mecanismo de registro sólo por ser digital y maleable. Me surgieron muchas dudas en cuanto al tema de la autoria en la fotografía. Quizás el error de Garnett fue no darle crédito a la fotógrafa y no tanto el haber sacado de contexto la fotografía, lo cuál parece haber afectado más a la fotógrafa. Siento que a veces el autor se victimiza un poco como fotógrafo, dice que “el proveedor del contenido a menudo sólo es eso” cuando creo que es todo lo contrario, pues Meiselas no sólo demostró ser una gran fotógrafa sino también que su fotografia influenció al medio y se crearon nuevos valores estéticos a partir de ella.

Por último, creo que en efecto la fotografía digital ha producido un cambio radical en la forma en que percibimos el mundo a través de los medios de comunicación.Así, la digitalidad y los medios son una enorme oportunidad para ayudarnos a entender nuestro mundo y es una responsabilidad ciudadana aprovecharla. Sin embargo, lo cierto es que los medios de comunicación son a su vez una herramienta del capital para controlar a las masas. Marx dice que mientras la sociedad esté dividida en clases, sólo será posible una visión unilateral de la verdad determinada por la clase en el poder. Esta unilateralidad puede ser no obstante cuestionada en un intento de encontrar la verdad al oponerse a la parcialidad.

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